Para cualquier bebé, pasar de la mamadera al vaso es un paso importante hacia la independencia. Aquí algunos consejos para ayudar a tu pequeño.
Según crecen, los bebés desarrollan habilidades relacionadas con comer: poco a poco pasan de la succión típica de la lactancia a aprender a beber y tragar. Te damos algunos consejos para que enseñes a tu pequeño a usar el vaso de entrenamiento, que le permitirá desarrollar nuevas e importantes habilidades para ser independiente.
La siguiente regla universal también se aplica a la transición de la mamadera al vaso: cada niño es diferente y aprende a su momento. Es esencial no presionarle, no obligarle, ni hacer comparaciones: tu hijo te hará saber cuándo está preparado para dejar el biberón y para empezar a beber como los niños o las niñas mayores. Por regla general, los primeros cambios tienen lugar en torno a los 6 meses como resultado de varios desarrollos anatómicos: a esta edad, la laringe baja y empiezan a aparecer los primeros dientes. También se producen cambios neurológicos asociados a la cabeza, la mandíbula, los labios y los movimientos de la lengua.
Para poder beber de un vaso, el niño debe aprender nuevos movimientos. En los primeros intentos empezaremos con pequeñas cantidades de líquido e iremos aumentándolas poco a poco. Para saber si tu hijo ha aprendido a usar el vaso correctamente, comprueba que hace los siguientes movimientos al beber:
Cuando los niños son capaces de realizar estos movimientos, podemos estar seguros de que han logrado otro pequeño pero importante paso en el camino hacia la independencia.
Es importante elegir vasos de entrenamiento con un diseño especial que ayuden a los niños a superar cada fase de desarrollo de una forma fácil y natural, animándoles a beber solos. Por el mismo motivo, es crucial elegir vasos con boquillas intercambiables y válvulas antigoteo extraíbles que se adapten a cada fase del crecimiento. Así se evitará la tentación de recurrir al socorrido biberón.
De hecho, las distintas boquillas intercambiables están diseñadas para ayudar a los pequeños a colocar correctamente los labios, adaptándose a cada fase de crecimiento. La válvula extraíble te permite personalizar el vaso de acuerdo a la habilidad de tu bebé: si la pones, evita derrames indeseados; y si la quitas, el líquido fluye libremente aunque con un flujo limitado.
Además, la forma de las asas ergonómicas, el peso del vaso evolutivo y los materiales utilizados deben adaptarse a las capacidades motoras del niño en cada fase de su desarrollo. De esta forma ayudarán al pequeño a hacer la transición del biberón al vaso con calma y entusiasmo, adquiriendo una nueva independencia.