El 17 de Noviembre se celebra es el día mundial de los bebés prematuros.
En todo el mundo, uno de cada diez bebés nace antes de tiempo, o antes de la semana 37 de gestación, cuando el desarrollo del feto aún no se ha completado del todo. Los bebés prematuros son muy especiales porque empiezan inmediatamente su lucha por la vida y pueden enfrentarse a diversas dificultades de desarrollo, aunque nada que no pueda superarse con el apoyo y la asistencia adecuados de los padres y profesionales.
Los bebés comienzan a experimentar la succión en el útero entre las semanas 11 y 13 de gestación, y este "entrenamiento" continuo es crucial: tan pronto como los bebés aprenden a succionar, aprenden a saber cómo alimentarse para sobrevivir, y esto es tan importante para ellos como saber respirar.
Succionar es por lo tanto una necesidad natural; esta acción rítmica e instintiva está determinada genéticamente y alcanza la máxima funcionalidad después del nacimiento en la semana 40 de gestación, cuando pasa de un simple reflejo a un comportamiento complejo con un valor profundo en cuanto al vínculo emocional.
Para los bebés prematuros nacidos antes de la semana 40, es esencial que este "entrenamiento" continúe fuera del útero, para permitir que se complete este proceso de madurez fisiológica, y que permita al bebé recién nacido a realizar y coordinar las tres acciones que son fundamentales para la supervivencia independiente de cualquier bebé: respirar, succionar y tragar.
Los bebés muy prematuros se alimentan a través de tubos porque su desarrollo fisiológico todavía no les permite succionar con eficacia, y también porque estos prematuros carecen de la fuerza para hacerlo. En el útero, los bebés se meten los dedos en la boca, tragan el líquido amniótico y comienzan a experimentar con la succión, todo ello facilitado por la falta de gravedad cuando "flotan" en el líquido amniótico.
En ausencia de estas condiciones y otros factores -la gravedad, la musculatura poco desarrollada del bebé y la cavidad oral, la funcionalidad limitada de la lengua, la succión débil y, en general, el entorno al que están expuestos los bebés dentro de una incubadora - hacen que la boca del bebé prematuro no se desarrolle completamente como debería, y requiere de unos cuidados y asistencia diferentes.
Por ello, es esencial ayudar a este desarrollo y proporcionar a los bebés prematuros las herramientas necesarias para permitirles compensar esta ausencia temporal de los factores que permiten que el desarrollo ocurra en el útero. Una variedad de diferentes estímulos para todas las partes de la boca, como la estimulación perioral de las mejillas, los labios y la mandíbula y la estimulación intraoral de las encías y la lengua, así como la facilitación de la succión no nutritiva, son prácticas comunes en unidades de cuidados intensivos de neonatos.
El uso de chupetes especiales, diseñados específicamente para bebés pequeños es, por lo tanto, muy importante. Tienen que ser chupetes pequeños y ligeros, con un escudo diseñado anatómicamente para no obstruir la cara ni inferir con ningún tubo. Estos chupetes son ayudas esenciales para fomentar la succión, que en esta temprana etapa del bebé aún no es nutritiva.
La succión no nutritiva de un chupete también es extremadamente valiosa desde una perspectiva clínica, ya que puede ayudar al bebé a controlar el estrés. De hecho, en los bebés prematuros, el chupete es una de las ayudas más importantes que se utilizan para reducir el dolor percibido: satisface las necesidades naturales y fisiológicas del bebé, y el "mecanismo de pacificación" también puede conducir a mejoras significativas en la función respiratoria y gastrointestinal, además de reducir el consumo de energía, disminuir las respuestas de estrés del comportamiento y minimizar el llanto y la agitación que se produce como resultado.
Investigación científica reciente muestra que la buena práctica de cuidados en las unidades de cuidados intensivos de neonatos, incluido el uso de chupetes, ayuda a que las funciones fisiológicas y mecanismos de un bebé prematuro se desarrollen al completo y mejora el desarrollo sensorial, emocional, psicológico y neurológico del bebé.